ALAMBIQUES
Los alambiques
El alambique (del árabe al-inbīq الأنبيق, del griego ambix ἄμβιξ, ‘copa’) o alquitara (del árabe al-qaṭṭārah القطارة, ‘la que
destila’) es un aparato utilizado para la destilación de líquidos mediante un proceso de evaporación por calentamiento y posterior condensación por
enfriamiento. Fue inventado por el sabio persa Al-Razi alrededor del siglo X para producir perfumes, medicinas y el alcohol procedente de frutas fermentadas.
Es una herramienta de destilación
simple que está constituida por una caldera o retorta, donde se
calienta la mezcla. Los vapores emitidos salen por la parte superior y se
enfrían en un serpentín situado en un recipiente refrigerado por
agua. El líquido resultante se recoge en el depósito final.
El proceso consiste en que evaporan primero los fluidos
con menor temperatura de cambio de estado, por lo que, tras la condensación, se
encuentran en el medio final más concentrados. De este modo se
concentran aromas o alcoholes.
Los alambiques de laboratorio suelen ser de vidrio, pero
los utilizados para destilar bebidas alcohólicas se fabrican
normalmente de cobre, porque este material no proporciona sabor al
alcohol, resiste los ácidos y conduce bien el calor.
Cuando se destilan líquidos procedentes de la
fermentación alcohólica de frutas, como el alcohol hierve a una temperatura
(80 °C), inferior a la del agua, los vapores que primero se forman son los
de aquél, aunque mezclados con una pequeña proporción de agua, y se consigue
destilar una sustancia con mayor grado alcohólico que la original.
La idea básica sería
calentar la mezcla a destilar en la caldera. Al aumentar la temperatura se
separan los productos más volátiles que
empezarán a ascender, desde el capitel, que debe tener un volumen determinado
en relación al de la caldera, para evitar la condensación del líquido
evaporado, y de ahí al cuello de cisne, muchas veces transformado en un
serpentín en el que el vapor condensa por reducción de la temperatura, y se
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